Entradas

Ola de Calor Navideño

Imagen
Para mediodía, el sol casi derrite el asfalto de la larga avenida. Nadie sabe tan bien como ella lo larga que puede hacerse la condenada avenida arrastrando diez kilos de compras navideñas bajo aquel sol abrasador. El sudor empapaba ya su vestido, mientras calculaba a qué hora podría llegar a casa para encerrarse en la cocina, a padecer el suplicio del horno. Las televisiones anunciaban una ola de calor para las fiestas de Navidad. ¿Dónde estaba la noticia? A la misma hora, cada mediodía del veinticuatro, Estela se recordaba derretida en sudor cargando como podía con la compra para la cena de Nochebuena. Así eran sus vacaciones por treinta años, sin excepción alguna. Mientras avanzaba penosamente por la avenida, no terminaba de explicarse por qué aquello era noticia. Los escaparates de los centros comerciales tampoco habían cambiado su decoración. Copos de nieve, trineos y abetos formaban parte de su paisaje sentimental en aquella peregrinación a la pastelería favorita de su marido.

Raíces

Imagen
  Cada verano se repite este infinito viajar a ninguna parte. Es para junio, cuando comienzan a revolotear a mi alrededor ese coro arrullador de tórtolas y palomas. Con las primeras luces del día fijo mi atención en esa montaña no tan distante. Con sus picos afilados como cuchillos, moldeada al capricho de un sublime escultor, se me antoja tan distinta al llano en el que vivo. Con cada nuevo amanecer del año la observo curioso, pero en invierno las nieves de sus cumbres me dejan frío. Es siempre para junio cuando de verdad despierta su llamada en mi seco interior. No podía verla cuando era un retoño recién llegado a este llano amarillo, pero crecí y se convirtió en un paisaje habitual para mí. Cada junio intento sacudirme la pereza, toda esa carga de hojas secas y de carga muerta, para poder iniciar mi viaje hacia la montaña que se dibuja contra mi horizonte. Hago propósito de enmienda y vuelve a brotar la ilusión en mí. Esta vez no será como el verano anterior, escudriño dentro de

Un verano sin elefantes

Imagen
Dicen que los niños no nos enteramos de nada, pero en realidad nunca nos contáis nada. Yo no sé cuándo comenzó a fastidiarse mi viaje del verano, pero sospecho que fue antes de las vacaciones de Semana Santa que tampoco tuve. Cuando la directora dijo que no volveríamos al cole. De repente todo el mundo comenzó a llevar mascarilla y nosotros terminamos encerrados en casa hablando cosas feas de los chinos. Pero sigo sospechando que fue entonces cuando empezó todo. Antes de que os cuente desde dónde estoy escribiendo, os quiero explicar que para mí esto no es un viaje de verano. Yo solo pedía otro verano normal, cuando nos vamos en un avión con camas que tarda un día entero en llegar a la isla de todos los años. Allí todo el mundo es amarillo, y siempre me sonríen con los ojos medio cerrados. Papá hace surf y habla menos con los del trabajo, mamá está un poco más feliz y si me porto bien y no molesto, podemos dar un paseo en elefante por la isla. Un verano normal, como todos los niños de

Enana Marrón

Imagen
La beca en el Astrofísico de Canarias terminó cual interruptus. Un licenciado prometedor, un nuevo especialista en tormentas solares, quizás algo menos útil para el país que un tertuliano del corazón. Qué mas da, que investiguen los americanos, para eso les pagamos. El caso fue la falta de asignación presupuestaria, eso le confesaron en una pequeña sala el día que lo despidieron con unas palmaditas en la espalda. Él no dijo nada, se limitó a mirar por la ventana, ensimismado por aquel paisaje marciano de telescopios, volcanes y nubes bajas. Habían pasado ya dos años desde que tomó el avión de vuelta a la península. Fue duro tener que regresar al pueblo, al frío de la sierra. Como en el juego de la oca, perder ventitantos años al caer en el pozo para volver a la casilla de salida. De algún modo podía sentirse afortunado. Al menos tenía dónde caerse muerto. Una cama en su habitación de niño, aunque los dedos de sus pies asomaran temerosos más allá del metro ochenta de largo. T

In principio erat Verbum

Imagen
En el principio era el verbo